El hacking se refiere al proceso de explorar y manipular sistemas informáticos, redes y dispositivos con el objetivo de encontrar vulnerabilidades o de obtener acceso no autorizado a información. Esta práctica puede llevarse a cabo con diferentes motivaciones, que van desde la curiosidad técnica y el deseo de aprender sobre seguridad informática, hasta objetivos malintencionados como el robo de datos, la destrucción de información o el espionaje.
Existen diferentes tipos de hackers: los «hackers éticos» o «white hats» que trabajan para mejorar la seguridad de sistemas y redes, y los «black hats» que buscan explotar esas vulnerabilidades para beneficios personales. Además, la comunidad hacker también incluye a los «grey hats», que operan en un área intermedia intentando llevar a cabo acciones que no siempre son legales, pero que en ocasiones pueden tener un impacto positivo.
El hacking, en su esencia, implica habilidades técnicas avanzadas y un profundo conocimiento de sistemas informáticos, programación y redes de datos. Sin embargo, es importante destacar que las actividades de hacking deben realizarse con responsabilidad y ética, respetando las leyes y la privacidad de los demás.
Los hackers están utilizando cada vez más programas automatizados para ataques de fuerza bruta en dispositivos como cortafuegos y VPNs. Una vasta red de 2.8 millones de direcciones IP, principalmente…